Desde muy niño siempre supe que iba a ser futbolista.
Fui rechazado varias veces, pero nunca dejé de intentarlo.
Cada partido es una aventura como la vida misma. Todo puede suceder.
Una lesión te deja fuera o un pase limpio marca el triunfo.
Yo aprendí a convertir los obstáculos en desafíos personales,
y con disciplina y una buena nutrición, sigo luchando en la cancha,
porque fracasar no está escrito en mi historia.
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